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lunes, 23 de marzo de 2015

Una educación para la humanidad



Aquí os dejo la introducción del libro, reflexiones sobre la educación, de Kant. Una reflexión sobre lo difícil que es realmente  educar para que los hombres tengamos un bien mejor. 

El hombre no llega a ser hombre más que por la educación. No es más que lo que la educación hace de él. Es importante subrayar que  el hombre siempre es educado por otros hombres y por otros hombres que a su vez también fueron educados. La educación es un arte cuya práctica debe ser perfeccionada a lo largo de las generaciones. Cada generación instruida por los conocimientos de las precedentes es siempre más apta  para establecer una educación que desarrolle de manera final y proporcionada todas las disposiciones naturales del hombre y que así conduzca hacia la especie humana hacia su destino. Por eso la educación es el problema mayor y más difícil que puede planteársele al hombre.
He aquí un principio del arte de la educación que particularmente los hombres que hacen planes de enseñanza deberían tener siempre ante los ojos: No se debe educar a los niños únicamente según el estado presente de la especie humana, sino según su futuro estado posible y mejor, es decir, de acuerdo con la idea de humanidad y con su destino total. Este principio es de gran importancia. Ordinariamente los padres educan a sus hijos en vista solamente de adaptarles al mundo actual, por corrompido que esté. Deberían más bien darle una educación mejor, a fin de que un mejor estado pueda surgir en el porvenir. Sin embargo se presentan dos obstáculos para ello:
         1) Ordinariamente los padres no se preocupan más que de una cosa: De que sus hijos salgan adelante en el mundo.
       2) Los dirigentes del estado no consideran a sus súbditos más que como instrumentos para sus designios.
La concepción de un plan de educación tendría que recibir una orientación cosmopolítica.
¿A caso el bien universal es una idea que puede dañar nuestro bien particular? En ningún caso no!
La buena educación es precisamente la fuente de la que manan todos los bienes de este mundo. Las semillas que están en el hombre deben ser desarrolladas. Porque no se encuentran principios que lleve al mal en las disposiciones naturales humanas. La única causa del mal es que la naturaleza no está sometida a reglas. No hay en el hombre semillas más que para el bien.

(INMANUEL KANT, Reflexiones sobre la educación, introdu.)
   

1 comentario:

  1. Desde que nacemos no paramos de recibir información, nuestra educación en primer lugar proviene de nuestros familiares más directos, son los primeros años de nuestras vidas con los que más tiempo pasamos, por lo que en estos primeros años ya nos están educando para nuestro futuro. Nuestros padres, inconscientemente y sin pensar en lo que representa la educación para el futuro de la humanidad, nos educan solo pensando para nosotros mismos, “de que sus hijos salgan adelante en el mundo”.
    Las enseñanzas que recibimos de nuestros familiares directos no son decisivas en nuestra educación, aunque si, influyentes. Ya que en un futuro no muy lejano nuestra educación estará determinada por la escolarización en la que recibiremos otras enseñanzas y en la que realmente pasamos o hemos pasado más tiempo que con nuestros familiares. Será aquí donde se afianzará nuestra educación y realmente donde creceremos como personas y donde realmente se afianzará nuestro futuro dentro del mundo donde vivimos. “El hombre no llega a ser hombre más que por la educación”.

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